regresas sobre tus pasos con la certeza
de que ahí, en la esquina, está un espejo
de ahí, desde donde viste el arco iris,
vuelves derrotado como el ciego
quieres entonces olvidarte de cofres
de ceras perfumadas de ámbar de todo
sabes que puedes partir de cero
que acaso haya otra ocasión
pero no es cierto te repites una
y diez veces más hasta que
el cansancio te hace que dudes
del sosiego que te invade
de la paz con la que hierven
tus entrañas de la voz que nace
en alguna parte, en un punto
indefinido de tu aura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario