Los latidos
Ha pasado la Fiesta del Árbol sin celebrarla, sin plantar ningún árbol. Solo la lluvia ha estado presente todo el día, y los vientos han bajado de las montañas para inclinar los cipreses del jardín y han aullado como si estuvieran sedientos y quisieran estar en casa. Si llora por la noche, intentaré calmarla para que no los despierte. La cogeré en mi regazo y le daré un biberón de leche. He leído que con los latidos del corazón de la madre los niños se tranquilizan y se duermen, porque es lo que recuerdan del útero materno. El ritmo del corazón. Así nacieron los ritmos de los tamtanes de Namibia.
(trozo tomado de Un descanso verdadero, edición Debolsillo, col. Contemporáneos, traducción de Raquel García Lozano, Barcelona, 2010.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario