Oveja anciana
Puedo decir
que he gozado mis días largamente.
He comido, bebido y bailado
sin desperdiciar minuto.
Estaré lista cuando llegue el día.
Fui feliz.
Eso es todo.
No importa que nadie lo recuerde.
La gloria también cae a la tierra
y los implacables gusanos de la muerte
no obedecen ni a los pastores siquiera.
Hay ovejas y ovejas
Las que comen de cualquir pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.
("revistaaltazor")
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