Los días descalzos
I
Los días descalzos saben vivir salvajes,
van por aquí y por allá en libertad despierta;
si pisan una piedra saben su edad,
si pisan una hoja la hoja reverdece,
si pisan el asfalto emergen
las pisadas ya libres de zapatos;
viven en el placer, corren como los niños,
y se abren a la lentitud, como al sol los ancianos.
El agua en las baldosas
da charcos rojo indio,
en ella el sol de medio día
es el sol de la tarde.
Sobre la superficie del estanque
vuelan dos mariposas blancas,
abajo las libélulas trazan sus tenues territorios,
más arriba, entre nubes, vuelan los zopilotes,
va el agua por el aire,
lleva sus sombras,
recoge sus semillas.
Brotan de las piedras los amates,
salta la selva entre los arcos.
("la jornada semanal", no. 12, nueva época, 3 sept. 1989)
No hay comentarios:
Publicar un comentario