Me dijeron que no
Me dijeron que no
Me dijeron que había que andar siempre con la cabeza gacha
mirando el polvo
y los escupitajos sobre el asfalto sucio
Me dijeron que yo no era un milagro
sino un mero accidente biológico carente de sentido
Me explicaron que yo no era más que
un producto social
o un producto económico
o un producto de mi historia temprana
Me dijeron que nadie podía hablar con el Viento
Que las serpientes nunca lamieron los oídos de nadie
ni instalaron en ellos el susurro profético
Ante mis ojos desplegaron argumentos irreprochables:
silogismos teoremas corolarios premisas
en fin: chisporroteantes fuegos de artificio
Me dijeron que no tendría jamás
la blanca imagen
enjoyada y desnuda de la Diosa
en mi cama
Agregaron que no existe Diosa
Dijeron por lo tanto y luego entonces
Dijeron si y solo si
Pero yo dije no
y regresé hasta el lecho donde ella me esperaba
enjoyada y desnuda
Y le he contado todo
tal como ahora se los platico a ustedes
("la jornada semanal", nueva época, no.27, 17 diciembre 1989)
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