A destiempo
como una tarea pendiente,
olvidada en el cuaderno,
sajé la fruta de semanas
atrás;
en la pulpa había puntos
negros como lunares del mal,
el jugo escaso, demasiadas
las arrugas;
a medida que le despojaba
la cubierta, recordé tus manos,
tu frente, tu sonrisa
tímida, palpitante;
pensé guardar la mitad
para después, para otro
día, para mejor ocasión;
aunque quizá cualquier
luego, cualquier más tarde,
cualquier titubeo sea
inútil;
no te veré, nadie
me recordará, como tarea pendiente,
olvidada.
[Inédito]
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