Eres un ciervo...
Eres un ciervo de oro entre la neblina, y bailas
con esa gracia y esa extrañeza ante mis ojos de náufrago.
Has estado en otros países, en otros territorios. Y
has llegado, brillando, serena y clara; y bailas,
ante mis ojos desasistidos. Tus pies y tu torso
se mueven con una gracia de ángeles en medio
de la esmaltada paz de estos lugares. Has llegado,
cegadora, y este amor te refleja como un destino,
como una alucinación. He de tocar tus manos cuando,
fatigada, te acerques a mí para pedirme agua. Y
he de tocar tus labios bajo esta luna purificada. Y
he de sentir en el pecho el amor por tu gracia y
por las indelebles visiones que has dejado en mi cuerpo.
("espejo de la danza", unam, méxico, mcmlxxx)
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