Dos poemas
Tejiendo la mañana
Un solo gallo no teje la mañana;
él necesitará siempre de otros gallos.
De uno que recoge ese grito que él
y lo lance a otro; de otro gallo
que recoja el grito que un gallo antes
y lo lance a otro; y de otros gallos
que con muchos otros gallos se crucen
los hilos de sol de sus gritos de gallo,
para que una mañana, desde una trama tenue,
se vaya tejiendo, entre todos los gallos.
2.
Y espesándose en tela, entre todos,
irguiéndose tienda, entre todos,
entretendiendo hacia todos, en el toldo
(la mañana) que planea libre de armazón.
La mañana, toldo de un tejido tan aéreo
que, tejido, se eleva por sí: luz globo
(textos tomados de Antología poética,
ed. Fundarte, col. Breves, no. 18, impreso
por Miguel Ángel García, Caracas, Ven., 1979)
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