uno.
El homicidio de 72 inmigrantes sin documentación, ingresados al país por el río Suchiate, frontera lacustre entre Guatemala y México, asesinados a mansalva en el rancho San Fernando, Tamaulipas, punto cercano a la frontera con Estados Unidos, en la semana, no es "ni con mucho" un crimen aislado ni desvinculado de los grupos paramilitares, parte de la estrategia del gobierno federal de combate al crimen organizado.
dos.
Por el contrario, ese hecho violento que ha movilizado a diplomáticos de los países de origen de ecuatorianos, guatemaltecos y brasileños, entre otros, evidencia una carta "blanca" obsequiada a las fuerzas de seguridad -militares, marinos y policías- para liquidar a presuntos integrantes de la delincuencia organizada.
tres.
Con esta medida se busca evitar la extradición a Estados Unidos de los grandes capos reclamados que delatarían los nexos de funcionarios federales y políticos de toda laya con el propio crimen organizado, quienes ya están en la mira de los vecinos del norte y esperan concretar denuncias y pruebas para la integración de expedientes.
cuatro.
Y es que es dentro de los mismos cuerpos de seguridad castrense donde los uniformados consumen droga, aprenden a extorsionar, a secuestrar y a violar las leyes; es ahí donde se les adoctrina contra la población civil, contra los luchadores sociales y las organizaciones no gubernamentales (ONG) que defienden los intereses de aquellos que no tienen voz ni se les atiende en sus demandas.
cinco.
Este extracto, aparecido en el diario en línea, Eje Central, es parte de un comunicado del grupo guerrillero Ejército Popular Revolucionario (EPR), redactado luego de la conmoción mundial que despertó la masacre revelada por medios nacionales y extranjeros en la semana, al tiempo que el gobierno federal adelantó que el vértice de la violencia todavía no comienza. Se ofrece el nexo de la nota completa a continuación.
http://www.ejecentral.com.mx/noticias/articulo/25709
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