viernes, 13 de agosto de 2010

ENRIQUETA OCHOA (1928-2008)

Asaltos a la memoria

Amanece:
en las macetas de las ventanas arden los geranios.
Un vaho lechoso entra en el viento.
Corre el día hacia las dunas de la oscuridad.
Después de avanzada la noche
me desprendo;
abajo quedan mi piel, mis huesos...
Me echo en picada a las profundidades,
atravieso el infierno,
toco la incandescencia de la luz
-todos los pájaros se desatan.
De lejos llega el olor a dátiles
que espesan en los cazos de cobre
y de polvorones recién horneados.
Aroma penetrante de mi infancia que nace.


La noche de la lluvia de estrellas

Con anticipación se había anunciado un fenómeno celeste.
Cuando llegó el día señalado, salimos corriendo a contemplar
la noche. Éramos como nerviosos saltamontes brincando de
un lado a otro, para observar cómo un navío infinito de
estrellas naufragaba en el mar del cielo.

(textos tomados de Asaltos a la memoria,
Universidad Autónoma del Estado de
México, 2004)

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