Como cada año, éste se conmemorará el día de la Libertad de Expresión, con un número más alto de periodistas desaparecidos, asesinados, levantados y sabrá Dios cuántos exiliados en otros países y continentes. Por lo pronto, el marco de tan magna celebración se labró con el secuestro de un destacado político panista y el silencio, quizá, autoimpuesto por una empresa, Televisa, en torno al suceso que conmovió los cimientos de la casa presidencial y a la clase política.
Mientras la televisora desinforma con su silencio, entran al quite las redes sociales y periodistas independientes como Carmen Aristegui, la revista Proceso y diarios como El Universal y la revista en línea Eje Central, de los contados que mantienen una pluralidad informativa en este país de periodismo hecho por empresarios, no por periodistas como lo subrayó R. Kapuscinski.
Al igual que en años anteriores, se levantarán las voces de aquellos que señalan que no hay nada que celebrar pues desde el asesinato a mansalva del columnista Manuel Buendía, el golpe al diario Excélsior, la intervención de Unomásuno y el conflicto recientemente surgido entre la Unión de Voceadores y los directivos de Proceso, realmente será una "celebración" con una dosis alta de escepticismo y frustración.
En cuanto a la prensa local el tono lo han dado la mediocridad de los candidatos a gobernadores y su ausencia de propuestas, su falta de visión del campo en que el 75 por ciento de las tierras de cultivo son de temporal, aunado esto a la carencia de un proyecto sobre la fuerza de trabajo que tiene un desangrado permanente, una deserción al parecer sin control y sin remedio pese a las ofensivas racistas del vecino del norte.
Así, llegamos una vez más al siete de junio con una prensa maniada por encuestas fantasmas que le dan la delantera al partido en el poder y a su candidato Mejía Haro, sin que esto destierre las caras largas de la Primera Dama y su séquito, cada vez más reducido por las deserciones al PRI. Maniada y confundida también por un debate efectuado a puerta cerrada y sin asistencia y con encabezados en los medios, al otro día, que le dan la delantera al priísta y al perredista a un tiempo, según las "simpatías" presupuestales de uno y otro bandos.
El próximo lunes, como cada año, habrá un desayuno ya en el restaurante de un hotel, ya en los patios y jardines de un museo donde los "periodistas" se recetarán un menú de menudencias de pollo o res, arroz y frijoles y una coca de lata. Antes de eructar y solicitar al mesero más descafeinado, estarán atentos a la rifa de una plancha, una tele, una lap-top, un horno de microondas y, a lo mejor, una lavadora y, si bien les va, un sobre amarillo con un billete de baja denominación. Después se irán con la promesa del boletín donde se sinteticen las palabras de la primera dama ante tan magna celebración.
2 comentarios:
De la poesía al análisis de la realidad. el blog anuncia un amplio perfil, muy interesante.
Hoy como nunca extrañamos al periodista que vive y que retrata nuestra realidad sin otro interés que el llamar a la reflexión; el que con su espíritu crítico se convierte en líder de opinión.
Por cierto buen artículo.
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