miércoles, 30 de junio de 2010

TRES DÉCADAS DEL ORGULLO GAY

La década de 1970 fue decisiva en México para la aparición pública de los primeros grupos organizados de homosexuales y lesbianas que enarbolaban banderas de alto a la represión, las redadas y la libertad sexual. Entre las consignas de primer orden estaba el No hay libertad política si no hay libertad sexual, al tiempo que se cernía en el futuro cercano la aparición del virus de inmunodeficiencia humana (VIH-Sida).
Claro que el surgimiento de esta nueva fuerza política, al principio vista de reojo incluso por las organizaciones de izquierda, se manifestó con altas dosis de timidez pues a la primera marcha del Orgullo Homosexual asistieron unos cuantos, incluso a la segunda y la tercera; sin que esto se asumiera como un fracaso sino como un movimiento en ciernes, que empezó a concretarse en grupos como el FHAR (frente homosexual de acción revolucionaria), Lambda y Lesbianas Socialistas.
Sin embargo el impulso ya estaba dado y más adelante surgió la semana cultural gay en el Museo del Chopo, espacio universitario, que significó una diversificación de las varias caras de la expresión homosexual en el país. Así como se dieron expresiones en las artes plásticas, las hubo en ciclos de cine y lecturas de creación literaria y sus distintas vertientes en poesía, narrativa y teatro. Amén de publicaciones artesanales de esto y aquello.
Trasladar esta efervescencia al ámbito personal y subjetivo tiene su por qué pues se empezaron a distinguir las creaciones individuales en la novela (El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata, 1979), el relato, el cine experimental (formato super 8 mms.), las antologías de poesía y el rescate de figuras que antecedieron: los Contemporáneos, Luis Cernuda, Porfirio Barba Jacob y un laaaargo etcètera, no sólo de nuestro idioma, país y continente sino de la literatura universal.
Han pasado ya treinta y dos años de la primera marcha del Orgullo Homosexual, se desconoce si hay una encuesta acerca del comportamiento público de la pareja gay, si ellos o ellas son presa del pánico cuando se besan en la calle, el metro, la combi o en cafés, cines, etc. Lo cierto es que cada uno habla según le fue en la feria- Y aunque es distinta la experiencia de un país europeo como el español, una cultura y una idiosincracia diferente a la mexicana, se pone al alcance del posible interesado los resultados de un sondeo entre los jóvenes barceloneses respecto a la conducta social en torno a una manifestación heterodoxa: el amor entre personas del mismo sexo. La nota se tomó del diario La Vanguardia.

Sólo el 32 por ciento de los homosexuales se atreve a tener muestras de cariño en público

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