Dos poemas
Me crucè por la calle con la risa de un ciego. Las nubes, los acantilados, el mar : apretados contra su pecho. La mùsica comienza en las ventanas...
La arcilla agrietada, la pus, los sobresaltos, los ojos reventados, la sangre podrida, el terror, de donde salen unos cuantos destellos de calor...
("algo como un tragaluz", versiòn de jorge esquinca, ediciòn uanl, monterrey, mèx., 2018)
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