sábado, 10 de junio de 2017

Luis Antonio de Villena (1951 )

Joyas


No debes salir por la tarde, ni menos
buscar esos lugares donde la joven
belleza se agolpa deliciosa. No debes
salir a esas horas. Los cuerpos vibran
como juncos espléndidos, cruzan, vegetales,
por tus ojos, ofrecen, intocable, el largor
delicioso de unas piernas; cabellos dorados
y espaldas que adivinas suntuosas en
ocultos recorridos. Brillas sedas y bronces,
pechos adolescentes, camaradería imposible
al tacto o las monedas, deseos que arden
y triscan cual mitológicos caballos
desasidos de brida. Tropeles juveniles.
Y vuelves, ya sabes, a casa, con sangre
entre las manos, fatigados los ojos
y temblando las piernas; los cortes de
la navaja aquella por los brazos. Cansado,
pobre, triste, herido, excitadísimo.
No salgas por las tardes. No debes. Pero,
en fin, si no eres capaz, como creo, de impedirlo,
si te llama tanto el fuego de las gemas,
haz (pues así debe ser) lo que tú quieras.
Pero no olvides que te avisé. Y ya he cumplido.


("en afán desmedido", ed. uv, xalapa, veracruz, méxico, 2017)

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