Siéntate aquí
La silla está vacía, un cuerpo ausente no entibia
la madera que le da forma. Y no oigo el mensaje
que me quisiste dar, ni tu voz fuerte que grita
a los niños a la hora de levantarse. Oigo tu abrazo en el
corredor, en Gaia, y los ojos humedecidos por la
inesperada
despedida. El sol huye. Pero el crepúsculo dibuja
la sombra que tengo pegada a los pies. O el espejo,
cubierto con tu cara. Padre: mi sombra eres tú.
("nueve poetas portugueses para un nuevo siglo, antología", ed. unam, méxico, 2016; sel., prólogo y notas de nuno júdice; traducción de josé javier villarreal)
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