¡Claro!
Me miro en una foto
de cuando tenía veinte años
y no me reconozco.
"No puede ser -me digo-
que ese inocente con cara de pan
ázimo, sea yo. Qué ha hecho
de mí, la vida". Y me sirvo
otro trago. Y luego otro. Y otro.
Y empiezo a verlo todo
muchísimo más claro.
("rua das pretas")
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