Los mapas
Durante mucho tiempo
supuse que el agua
saciaba la sed; que
el sol era benigno.
Supuse también que alguien
vendría y permanecería
aquí, como el silencio
que encierran los cajones.
No sé por cuantos años
di por sentado que una casa,
una cama, una cuna,
un pedernal bastaban.
En efecto, el viento, la noche,
el cerrojo, el sueño, la boca
las manos me bastan
para algo, para alguien.
Durante algún tiempo consulté
horóscopos, vísceras, vuelos,
horarios, rutas, caminos.
Pero no aparecías.
("la biblioteca de marcelo leites")
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