Playa paradisíaca
Partimos. En la ciudad, que se cubre lentamente de ceniza,
quedaron la familia, cajones, los ejércitos (de infantería
y de caballería) y extraños animales. Cerca, por la mañana,
se ha despertado el volcán y a partir de ahora escupirá fuego
y lava sobre el país de la infancia. Partimos, aquí
hay vapor y acero, allí nos esperan educadores que aúllan
y manadas de lobos. Jugaremos a las pistas, encenderemos
hogueras y pasaremos el bautismo, nos grabarán señales
a fuego en la piel pálida y una mujer bella se desnudará
por la noche solo para nosotros, por un momento
el cielo estará en la tierra y la tierra será una estrella,
por un momento creeremos que lo que pasó por la noche
pasó realmente. Y el mar saldrá del mar, el mar saldrá
de una almeja y será salado, exactamente como la sangre.
("rima interna", traductor: xavier farré)
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