Tuve un hijo.
Entre las ramas del bosque alemán
que rayan como ráfagas de grafito la ventana
de pronto adivino su perfil y siento su presencia.
Camina solo en una ciudad desconocida por mí,
entre dos barrios lúgubres, de inmigrantes.
Lleva un suéter muy grueso y muy gastado.
Y ha encendido un cigarro...
En este mismo instante en que se me aparece su sombra
él me entrevé en este vagón oscuro
junto a una mujer dormida, escribiendo.
Escribiendo sobre él...
Siente mi turbación dolorosa
y la siente distante, fría, amortiguada
bajo la paja astrosa de la ausencia.
Tuve un padre apenas se murmura
a sí mismo cuando una rata
corriendo entre dos cloacas lo distrae.
Tuve un hijo apenas me murmuro y mi mujer despierta
y me dice quedito una rata, una rata
corriendo entre dos cloacas, en mi sueño...
("otra iglesia es imposible")
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