Aprendimos muy tarde a decir ternura
o al menos a decir lo más exactamente
"ternura", es decir:
fuego cuchilla sangre barro silencio porvenir
monosilábica mirada de bandada asustada
como una jauría en celo...
y las semanas habían pasado en mis ojeras
y me sentí torpe de poder tocarte.
(fuente: "urbanotopía")
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