La voz surrealista
Rebasar las barreras que levantan la falsa modestia, el lenguaje, la sintaxis, el yugo de una sociedad mediocre y estúpida. A través de y más allá del orden racional, por encima e independientemente del tiempo, con una duración interminable, pasaba una voz secreta. He ahí cuál era la misión del poeta: aunque fuera por un instante, hacer perceptible esa presencia. En los siglos pasados, los espíritus más agudos, desde Heráclito hasta Sade e incluso Rimbaud, sin saberlo, ya lo habían logrado. En momentos de total abandono de toda preocupación estética y de absoluta obediencia a los Misterios, percibieron la voz surrealista. Y esa voz siempre existirá y resonará para todos.
(fuente: Crónica de una década, ediciones Sin Nombre-CONACULTA, México, 2008, col. El arte de Babel, prólogo de Miguel Castillo Didier, traductor y notas de Francisco Torres Córdova.)
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