Era generoso, amoroso, pero también podía ser cruel. El escritor Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953- Barcelona, 2003) era una persona poliédrica que jamás daba la respuesta predecible. Este es el recuerdo que deslizan sus amigos y familiares en el documental Roberto Bolaño. La batalla futura, que se proyectó ayer por primera vez en España dentro de la semana de homenaje al escritor chileno en la Casa de América de Madrid. Un retrato muy íntimo que desmitifica la aureola maldita del escritor. "Bolaño era una caja de sorpresas y si estabas a su lado, siempre sabías que podían pasar cosas", señala a Público Ricardo House, director de este trabajo y amigo del autor de Los detectives salvajes.
El documental recorre la etapa mexicana de Bolaño, los años en los que creó a sus personajes Arturo Belano su álter ego y Ulises Lima, la época del choque entre los infrarrealistas, corriente poética a la que él pertenecía, y los pacistas, los seguidores de Octavio Paz. "Y no hemos querido excluir a nadie. Aquí también están sus detractores", comenta House.
Aparte de las declaraciones de amigos como la escritora mexicana Carmen Boullosa, que habla de la fina línea entre el bien y el mal en la que se movió el escritor, o su editor, Jorge Herralde, que le define como "el fenómeno más interesante en lengua española en los últimos 50 años", en las imágenes también hay retazos de su correspondencia. "Muchas de ellas son actos literarios. En Bolaño es imposible separar a la persona del personaje literario Arturo Belano. En las cartas ves su inteligencia, su ironía, su capacidad infinita para sorprendente con propuestas alejadas de los lugares comunes", mantiene el director.
Uno de los testimonios más interesantes del documental es el de su padre, León Bolaño, "con quien nunca tuvo una relación fácil", cuenta House. La historia dice que estuvieron más de 20 años sin hablarse después de que Roberto le pidiera dinero a cuenta de su herencia. El reencuentro tiene dos versiones. "Para su padre fue muy emotivo. Herralde, sin embargo, dice que Bolaño se quedó destruido tras verle", comenta House.
Una carga desde la infancia
Los comentarios también permiten recrear la personalidad de un genio muy temprano. Una genialidad que "le supuso una carga desde muy pequeño y que le marcó en años posteriores", apostilla el director del documental. House recurre al testimonio de su madre, quien cuenta cómo a los 3 años Bolaño ya repetía los nombres de los cines de Valparaíso. "Aprendió a leer muy pronto y eso preocupó a los médicos, que le quitaron los libros porque decían que iba muy rápido", revela el cineasta.
"A mí no me corresponde decir cómo quisiera ser recordado. Eso es una batalla futura", contestó Bolaño cuando le preguntaron por su memoria. Una batalla que sí se quedó abierta en su testamento literario, no lo hizo en el económico. "Bolaño lo dispuso todo para que sus herederos fueran su viuda y sus hijos. El proyecto de publicar 2666 en cinco tomos era una manera de proteger económicamente a su familia", sostiene House.
Este documental se completará con otros dos que recrearán la etapa chilena y la española. "Quiero desvelar todos los misterios del escritor", zanja el director.
(Cuando se proyectó el documental de Ricardo House, en el marco del Hay Festival, en Zacatecas, lo que más te irritó fue la presencia de dos funcionarios de la cultura en México, muy en su papel del star system, Carmen Boullosa y Jorge Volpi, que encajan perfectamente en la cara opuesta de lo que fueron los chamagosos Infrarrealistas, siempre puntualmente incorrectos y que boicotearon sistemáticamente la revista El Zaguán, grupo al que Octavio Paz apadrinó y sin rubor alguno los envenenaba: "Ustedes serán los sucesores del grupo Contemporáneos." A este núcleo de 'intelectuales orgánicos' perteneció Carmen, Volpi o todavía no nacía o distaba mucho de fraguarse el grupo del Crack. Para apreciar el documento del chileno House hay que entender que hubo dos Bolaños: el terrorista que vivió y creció en México y el que fue engullido por los reflectores de un éxito inusitado. La nota se tomó del diario Público.)
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