Distrito Federal— La mayoría de los medios de México acordaron el jueves unificar criterios en la cobertura de la violencia del narcotráfico, para proteger a sus periodistas, evitar propagar el terror o convertirse en “voceros involuntarios” de la delincuencia, aunque el texto no generó consenso.
El “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia”, impulsado por las cadenas Televisa (la más grande de la televisión de habla hispana) y TV Azteca, fue firmado por 61 organizaciones de prensa, empresas, académicos y medios privados y estatales en una ceremonia pública.
El documento subraya como propósito el “proponer criterios editoriales comunes” para que la cobertura de la violencia evite “propagar el terror entre la población y establecer mecanismos para la protección de los periodistas”.
Entre otros compromisos los medios acuerdan: “no convertirse en vocero involuntario de la delincuencia organizada”, “no interferir en el combate a la delincuencia” y “solidarizarse ante cualquier amenaza o acción contra reporteros y medios”.
También prevén medidas para proteger a los periodistas, como el no firmar artículos sobre narcotráfico, realizar coberturas conjuntas en temas delicados y evitar reportes en vivo desde las zonas más violentas.
Igualmente anuncian que conformarán en 30 días un “consejo ciudadano”, cuya composición no fue precisada, que presentará reportes periódicos sobre el respeto de los medios y periodistas a los criterios suscritos.
El texto no generó el consenso. Cinco de los periódicos de circulación nacional se adhirieron, pero no así Reforma y La Jornada, y tampoco la revista Proceso –semanario especializado en denuncias sobre narcotráfico–, ni la cadena radial MVS, entre otros.
El presidente Felipe Calderón calificó el acuerdo como un “paso significativo” que compagina la libertad de prensa de los medios con su “responsabilidad con el país y el interés nacional”.
Jenaro Villamil, periodista de Proceso, advirtió en una entrevista con la cadena W Radio que el convenio “abre las puertas para el ejercicio de la censura previa en los medios que firman”.
Pero Rogelio Cárdenas, director del diario especializado El Financiero, uno de los medios firmantes, rechazó que se trate de una forma de censura. “Para nosotros no es mordaza”, comentó.
“Algunos medios electrónicos sí tienen que cambiar la forma en la que presentan (la información relacionada con el narcotráfico) para que logren consignar sólo los hechos”, añadió.
Internet se ha convertido en un mecanismo difusor clave en medio de una escalada de violencia que deja más de 34 mil 600 muertos desde diciembre de 2006, cuando el Gobierno ordenó una ofensiva militar contra el narco.
Los cárteles usan estrategias para difundir mensajes, como colocarlos junto a los cadáveres o publicar en Internet videos de supuestas confesiones de rivales.
Balbina Flores, representante de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en México, cuestionó que el convenio asuma que las amenazas a la prensa provienen sólo del crimen organizado.
“Es una visión parcial”, señaló subrayando que en México “más del 60 por ciento de las agresiones a periodistas provienen de las autoridades”.
El argentino Edgardo Buscaglia, especialista del Instituto Tecnológico Autónomo de México y asesor externo de la ONU en narco, calificó el acuerdo como un intento de los “oligopolios (que) se juntan para tratar de gerenciar el flujo de información hacia el público”.
“Si realmente creen en el libre mercado de información, deben dejar que sus periodistas primero estén mucho mejor entrenados”, y añadió que “México no posee un problema de tráfico de drogas nada más, México posee multinacionales del delito”, sin que los medios se preocupen por profundizar en ello.
Con 66 periodistas asesinados en una década, 12 de ellos en 2010 según RSF, México es considerado por varias organizaciones internacionales como el país latinoamericano más peligroso para el periodismo.
(¿Son las televisoras (cuasi) oficiales las indicadas para impulsar un acuerdo nacional de este tipo; cuentan con el respaldo moral de Los Pinos y el aval de la sociedad para estimular un decálogo -obsérvese el término y la conotación religiosa panista que encierra-, que habrán de observar diarios de posición tan diversa como los que no asisitieron, los que se negaron a avalarlo y los que, de antemano, sabemos que seguirán en su cauce informativo ya identificado por los lectores? Se adivina que el reality show que montaron este jueves 24 de marzo fue para "agradar" al minusválido que habita en San Miguel Chapultepec desde hace cuatro años y fracción. Nota de Jennifer González de AFP aparecida en el Diario de Juárez.)
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