CUERNAVACA, Morelos, 30 de marzo (apro).- Decenas de personas se manifestaron hoy frente al palacio de gobierno para exigir que se aclare el asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega –y otras seis personas—, mientras la Procuraduría local centra sus investigaciones en uno de los siete ejecutados, Álvaro Jaimes Avelar, al parecer un exmilitar retirado que se desempeñaba como agente de seguridad privada.
Presionados por las protestas que distintos sectores de la sociedad morelense han hecho por la ejecución del hijo del poeta y colaborador de Proceso Javier Sicilia, las autoridades de justicia estatal señalaron de manera extraoficial que se indagan las actividades de Álvaro Jaimes, quien trabajaba como guardaespaldas de un empresario.
De acuerdo con las primeras pesquisas, sólo Juan Francisco Sicilia y su amigo Jesús Chávez Vázquez no “concuerdan” con el perfil de las otras cinco personas que murieron asfixiadas y cuyos cuerpos se encontraron en el interior de un automóvil el lunes por la mañana.
Aunque faltan por conocer el registro y contenido de los celulares de cada uno, en una primera instancia no se detectó ninguna relación entre los dos jóvenes y el resto del grupo.
Las autoridades estatales señalaron a apro que la Procuraduría General de la República únicamente “coadyuvará” con las indagaciones y que por el momento, y con base en algunas declaraciones, se investigan las relaciones que tenían Álvaro Jaimes, sus sobrinos Julio César y Luis Antonio Romero Jaimes, así como María del Socorro Estrada y Jaime Gabriel Alejo Cadena.
Según una línea de investigación, estos últimos cinco se reunían en distintos lugares para ingerir bebidas alcohólicas, y coincidieron en el mismo bar al que asistieron el sábado Juan Francisco Sicilia y su amigo Jesús Chávez Vázquez; ahí, al parecer, se conocieron y tuvieron una discusión con otro grupo de personas, quienes podrían ser los responsables de haberlos secuestrado y asesinado, después de torturarlos.
Mientras tanto, hoy continuaron las expresiones de protestas en el zócalo de Cuernavaca por la ola de violencia que se ha levantado en el estado desde el año pasado.
Un grupo de personas vestidas de blanco nuevamente pusieron velas en el altar que instalaron frente al Palacio de Gobierno, con pancartas donde piden que se aclare el homicidio del hijo del escritor Javier Sicilia y que renuncie el gobernador Marco Antonio Adame, quien hasta el momento no ha dado declaraciones al respecto.
Mientras, el Cártel del Golfo --al que inicialmente se había adjudicado la ejecución tumultuaria-- continúa el intercambio de mensajes con el Cártel del Pacífico Sur, al que el primero acusó, en un segundo mensaje, de ser el verdadero responsable de los asesinatos.
En este nuevo mensaje, el tercero en tres días, puesto en la madrugada en dos sitios distintos de la ciudad, el Cártel del Pacífico Sur reta a pelear al Cártel del Golfo; les dice que “se quieren lavar las manos” y los acusa de haber cometido “errores”, pero sólo mencionan el caso del exlíder de la CTM, Tito Barrera, ejecutado el pasado 21 de marzo por un individuo a bordo de una motocicleta.
(La muerte de Sicilia Ortega ha llevado a la sociedad civil de Cuernavaca a exigir un alto a la guerra sucia de Calderón contra ciudadanos de a pie inermes y pacíficos. Ayer fueron sepultados los restos de Juan Francisco y su amigo Jesús Chávez Vázquez, antes de efectuar la ciudadanía un acto afuera del palacio de gobierno donde habita un gobernador que ni los ve ni los oye. Nota de Proceso on line.)
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