Sunland Park— Aún no cumplía la mayoría de edad, pero Iván –como dijo llamarse–, ya trabajaba en el negocio del contrabando humano.
“Soy uno de los buenos polleros de por aquí”, aseguró cuando tenía 16 años a El Diario de El Paso. Pese a la vigilancia de dos vehículos de la Patrulla Fronteriza, “Iván” logró internar a una mujer y un hombre a través de una ranura de la malla ciclónica que hasta hace un par de años dividía la frontera, durante un evento binacional en los límites internacionales por el rumbo de Anapra.
Aprovechó la presencia de decenas de fronterizos para deslizarse en segundos por una abertura de metro y medio de longitud, enseñando a sus clientes cómo “pasar”.
Tres años, un “muro” de metal, más patrulleros y tecnología de punta después, otros menores como “Iván” siguen cruzando contrabando humano.
Incluso, su número se ha incrementado hasta en un 25 por ciento, tan sólo entre los años fiscales 2009 y 2010, de acuerdo con informes de la Patrulla Fronteriza en el sector de El Paso.
La jurisdicción de ese capítulo de la Patrulla cubre los condados de El Paso y Hudspeth en Texas, y todo el estado de Nuevo México.
Y aunque en la mayoría de los casos, las edades de estos menores “polleros” oscilan entre los 16 y los 17 años, los patrulleros fronterizos han detectado a niños de hasta 12 años, agregan los datos.
La dependencia federal manifestó que las organizaciones trasnacionales del crimen organizado han sido las responsables de reclutar y explotar a los menores de edad con el objetivo de utilizarlos para introducir de manera ilegal al país, no sólo a migrantes, sino también drogas.
El supervisor de operaciones especiales de la Patrulla Fronteriza, Ramiro Cordero, agregó que la mayoría de los menores “polleros” detenidos, incluidas también niñas, son oriundos de Ciudad Juárez.
No precisó de qué colonias son los juarenses arrestados.
Pero, el coordinador del Centro de Atención Integral de la Familia en Ciudad Juárez, Alfredo Hernández, dijo recientemente que la mayoría de los niños y adolescentes que se ven involucrados en esa actividad ilícita residen en Anapra, en el norponiente de la vecina ciudad.
Aseguró que la problemática de los menores “polleros” se empezó a vislumbrar hacer más o menos un año debido a la marginación, pobreza y, sobre todo, falta de oportunidades para estudiar.
La dependencia tiene registradas por lo menos 16 quejas sobre familias que presuntamente emplean a sus hijos como “polleros”, indicó Hernández.
El ingreso que esos menores puedan traer a su casa es sustancioso, pese a ser apenas una fracción de lo que cobran las organizaciones delictivas de traficantes de humanos que los reclutan “con el sólo propósito de
incrementar sus esquemas criminales”, dijo Cordero.
Informó que los niños “polleros” llegan a ganar entre 50 y 100 dólares por cada indocumentado que cruzan al país.
En contraste, las bandas de “coyotes” cobran una tarifa promedio que va desde 250 dólares por ingresar ilegalmente a Estados Unidos a un mexicano, hasta 15 mil dólares por hacerlo con un oriundo de otro país, agregó.
Los menores que son sorprendidos cruzando contrabando humano no se salvan de ser detenidos y procesados judicialmente.
El funcionario federal recordó que, como parte de estrategias binacionales que tiene la dependencia federa
con agencias estadounidenses y mexicanas, los menores pueden enfrentar cargos criminales al igual que las organizaciones que los contratan.
Entre esas agencias están incluidas la Procuraduría General de la República, el Consulado General de Estados Unidos en Ciudad Juárez, las oficinas de los procuradores del Condado y Distrito de El Paso, y del Alguacil paseño, dijo.
El Sector de El Paso, no obstante, “seguirá buscado toda aquella medida alternativa para reformar y no perseguir criminalmente a estos menores que han sido detenidos en Estados Unidos e identificados como infractores”, agregó Cordero.
Pese a las consecuencias judiciales que enfrentan y lo riesgoso que puede ser, los menores siguen involucrándose en el ilícito.
“Iván” dijo haber empezado a trabajar en el “negocio” cuando tenía unos 13 años.
“Sólo paso a los que pueden correr”, aseguró el joven, quien reveló que cobra hasta 100 dólares por cada indocumentado que le presentan sus “contactos”.
El adolescente mencionó durante la entrevista con El Diario de El Paso que tenía unos meses de haber reclutado a “Daniel”, de 12 años, para auxiliarlo a contrabandear a indocumentados, ya que “se había puesto difícil”.
“Se la rifa uno”, expresó a su vez “Daniel”, quien comentó que “Iván” había sido detenido por la Patrulla Fronteriza, repatriado a México y llevado al Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en la vecina ciudad en 2007.
Además, “Iván” fue asaltado en un cerro cuando guiaba a un grupo de indocumentados el año anterior, agregó el adolescente.
Aunque no precisó cuánto dinero llegó a ganar, “Daniel” dijo que parte de la “comisión” que recibía hasta entonces la gastaba en sus artículos escolares y colegiatura en una secundaria en Juárez.
Y a pesar de tener menos tiempo que su amigo, “Daniel” aseguró que ya había aprendido a cómo movilizarse en El Paso.
“Usted dígame dónde vive y le apuesto lo que quiera a que llegamos”, expresó.
(Entre los puntos del país con mayor exportación de mano de obra a EEUU se encuentra Zacatecas, por lo que no te sorprende que la edad de los traficantes de los sin papeles sea cada vez más tierna pues las necesidades familiares no esperan. Y las acciones aquí descritas por la reportera provienen de ciudadanos de ambos lados del río Bravo; y antes que el delito están las necesidades de miles de familias. Nota tomada de El Diario de Juárez.)
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