Yesod
X
Detallado por mis insistentes
radares rústicos, descansa,
tendido y lánguido a la sombra
del reciente placer, tu cuerpo.
Acaso en sueños, corredora,
tu peso fluvial traspasa ríspidas
cumbres de bosques, precipicios
de corolas traspone; de alas
tus tobillos calzas y endiademas
Con tus suaves músculos, alegres
de enjambrarse con aromas tuyos,
santifica el aire los segundos
de esta hora sagrada: monumentos
de un tiempo niño todavía.
En tanto, el copal en tus braseros
suda sus imanes femeninos;
tuerce sus anillos de benignas
sierpes, su vibrátiles membranas,
sus narcóticas enredaderas.
Y se adensa su esencia en torno
de ti, y la regalas y te gozas.
("Del templo de su cuerpo", ed. fce, méxico, col. letras mexicanas, no.120, 1992)
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