El crecimiento de un poeta
iii
Sordo hasta que oye
la respuesta:
campana
amable, que dobla
y habla
del Tiempo fiel, esa corriente
(incesante) de la sangre fiel.
Las respuestas echan abajo
los límites
(esos diques pretenciosos),
y la pregunta se revela.
Las preguntas, piedras
desprovistas de tierra,
golpes en la puerta, son un latido
en la sien:
la danza insistente
del Quién, el Cómo y el Dónde,
las manos en la cintura del Cuándo.
("revista altazor",versión sandra toro)
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