El pastor amoroso
I
Cuando no te tenía
amaba la Naturaleza como un monje calmo a Cristo
Ahora amo la Naturaleza
como un monje calmo a la Virgen María
religiosamente, a mi modo, como antes,
pero de otra manera más conmovida y próxima.
Veo mejor los ríos cuando voy contigo
por los campos hasta la orilla de los ríos;
sentado a tu lado miro las nubes
y las veo mejor...
No me quitaste la Naturaleza...
No me cambiaste la Naturaleza...
Trajiste la Naturaleza a mis pies.
Porque existes la veo mejor, y es la misma,
porque me amas, la amo del mismo modo, pero más,
porque me elegiste para tenerte y amarte,
mis ojos la contemplaron más detalladamente
en todas las cosas.
No me arrepiento de lo que fui antes
porque todavía lo soy.
Sólo me arrepiento de no haberte amado antes.
("la biblioteca de marcelo leites", trad. teresa arijòn y bàrbara belloc)
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