El augurio
Sentados sobre un muro de Troyanos
vieron pasar a Helena, sorprendidos,
en un barco de remos repetidos,
y con asombro unieron sus dos manos;
y en el cielo sus rápidos hermanos,
sobre el puerto de Ilión inadvertidos,
anunciaron desastres, y sonidos
de guerra, y otros barcos espartanos.
También al verte imaginé las furias
de una guerra fatal y prolongada,
llena de ardor, de encantos, y de injurias,
este asedio tan largo de los días
ya fue previsto en tu primer mirada,
ya me venciste cuando sonreías.
("de sibilas y pitias")
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