Buscando cierta oscuridad
desde dentro de un armario
cerrados los ojos
escuchaba la risa de mi madre
el viento en la chimenea
el eco de un martillo
un dedal rodando bajo la cama
el crujir de la madera bajo mis muslos
palabras que se perdían
y me buscaban
los sonidos, cualquiera
siempre encontraron un lugar donde vivir
a mi lado
ahora no sé qué fue del silencio,
si alguna vez lo hubo
Nido de abeja
éramos uno a la hora de la siesta
el grito ahogado
un enjambre de malas intenciones
nos unía la monotonía de la luz
morían las farolas a pedradas
morían los insectos, morían los perros
pero nunca relacionamos aquello con la muerte
murió una niña
supimos de golpe
que un día estaríamos todos muertos
que un día se acabarían las ganas de hacer ruido
y el vértigo de no saber, de no entender
qué era la vida
al salir de la iglesia
fuimos uno a la hora de reír, y reímos
el resto del verano
sin mirarnos a los ojos
("espacio luke" y "cómo cantaba mayo")
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