Llegó el fin del mundo a mi barrio
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Perder una pierna
trabajando de operario
en una zona franca
duele menos que cuando
los gringos te donan
una prótesis de plástico
que te pondrás para emborracharte
en los colmados y que apoyarás
con fuerza en la acera al retornar a casa
temeroso de que los perros
puedan morderla y arrancártela.
("llegó el fin del mundo a mi barrio", antología, ed. valparaíso, méxico, 2017)
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