Lavandería golpeada por tornado
La novia murió. La chica enamorada
de las vainas del algodoncillo y de dios,
murió lavando su sombrero de sol.
La bebé nació entre las manos
de niebla y las monjas que falsamente
aseguraban que era china, murieron.
Ella no era china. Tres perros
que peleaban por un hueso robado murieron.
La joven esposa murió con sus pezones puestos
en pañales sucios. La viuda murió
blanqueando las camisas para donación
de su esposo muerto. La dama solitaria
murió ensartada en su soledad;
la mentirosa se pinchó en su mentira. La adolescente
murió contemplando su pulgar
del autoestop. La libertina murió viendo
a su esposo robando ropa hecha espiral
de la secadora. Yo di zancadas sin zapatos
desde los escombros con mi cesta
de mimbre y mi ropa arrugada
habiendo sobrevivido al tornado
de mi estupidez, al embudo
de nubes de mi retorcido deseo.
("círculo de poesía", versión david ruano gonzález y andrea muriel)
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