El peso lento
de tus manos, alborotando a las abejas
que anidan en mi pelo, tu sonrisa en la
pendiente de mi mejilla. Te apretás
sobre mí
esta vez, encendido, derramando
urgencia, y el misterio viola
mi razón
Cuando te retirás,
vos y la magia, cuando
sólo el olor de tu
amor persiste entre
mis pechos, entonces, sólo
entonces, puedo devorar con gula
tu presencia.
("el placard", versión de sandra toro)
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