Querido amigo...
Querido amigo, comienzo a desconfiar de ti y me apena. Mientras prosigo esta obra, siento tu deseo de apropiarte de ella. Ciertamente te la he dado, de algún modo, pero es precisamente tal espíritu del "dar" lo que debe conservarse. No debes "tomar" lo que no es realmente tuyo. Sin duda soy tonto, mis temores delatan mis celos, pero te conozco solamente porque trabajas este texto. No sé nada más de ti. Temo que digas a la gente de tu época que tú hiciste El Monumento, que es una falsa traducción, que soy meramente criatura de tu invención. Sé que tal era mi propósito, en parte, pero me duelen el dulce anonimato y la nada que clamé como territorio propio. Al escribir, creo que el texto no debería ser solamente mi tumba, sino que no debería allanarse a nombre de nadie, ni siquiera al tuyo.
("el monumento", ed. uaz, zacatecas, méxico, 1989, trad. elisa ramírez castañeda)
No hay comentarios:
Publicar un comentario