Plegaria a la vida
Para que más ardas, para mejor sentirte,
para que siempre el corazón me parta
el tajo sediento de tu espada,
para que por la noche ansioso
en vano en buscarte me debata
y me alcance el alba
como una muerte amiga,
tregua no me des, vida mía,
dame la humillante pobreza,
los negros insomnios, los cuidados y los males.
Dame el delirante deseo
que se hincha de espejismos
y la tímida sangre que se agita a cada soplo.
Para que más ardas, para mejor sentir
este, tu beso, que me retuerce y demuda,
cada una de mis fibras consume en tu fuego,
cada pensamiento somete y anula,
cada dulzura tuya, la paz y la dicha,
niégame todavía.
(fuente: "otra iglesia es imposible", versión: Jorge Aulicino)
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