jueves, 23 de enero de 2014

Henri Cole (1956 )

Delfines

Los delfines parecen felices —tumbados sobre su espalda,
mostrando su reluciente dorso— mientras la entrenadora
acaricia sus carrillos y hace que chillen enérgicamente.
Cuando se hace la muerta, ellos la empujan con sus hocicos.
como a través de un cielo Tiepolo, y los niños gritan alegremente,
destrozando mis sentidos.
                                           Recientemente, entre las cosas de Madre, encontré esto:
“Tengo miedo de él. Necesita atención psiquiátrica. Me incita
a creer cosas extrañas. Me ignora, me  ataca.
Muy tacaño. Quiere saber las condiciones de mi seguro”.
Aquí, en medio del revoltijo, la fidelidad y el amor no han sido
sustituidos por problemas y conflictos. ¿Qué protege
a los delfines de la angustiosa soledad? ¿Por qué sus almas
no son conscientes de su insignificancia? Qué lejos
parecen del mundo moderno. La belleza permanece inalterable.



(texto tomado del sitio "el poeta ocasional", versión de Carlos Alcorta.)

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