Ab Ovo
En última instancia, debería haber un idioma
donde la palabra "huevo" se redujese a una O.
Los que más se aproximan a eso son los italianos
con su uova. Por algo, Alighieri creía que era
el más saludable de los alimentos, compartiendo
esa preferencia con tenores y sopranos,
cuyos torsos como peras encarnan la esencia de la "ópera".
Lo mismo podría decirse de los poetas alemanes
-esos auténticos románticos- que empezaban cada verso
como alguien que se sienta a desayunar, o de los matemáticos,
igual de arrogantes, empollando su infinito
tan prolijamente dispuesto, cuyos ceros inmaculados
nunca romperán el cascarón.
(fuente: "otra iglesia es imposible", traducción: Daniela Camozzi y Walter Cassara)
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