XIII
Nunca despiertes a las tres de la madrugada
las verás ahí, colgadas de la noche
mirándote desde el vacío de sus miradas
con los ojos de la envidia
con el dolor de la infancia nunca sentida
triste mujeres lechuzas viéndote dormir
esperando por ti
esperando las migajas de tus sueños
esperando robarte la flor de tu inocencia
y así tener una infancia
y así tener corazón
Dicen que no hay cosa más triste
que la vacía cuenca de los ojos de las brujas
(texto tomado de Perros de luz, edición Producciones Duranghetto, Durango, México, 2011.)
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