uno.
Desde que llegaste a este pueblo, hace más de quince años, supiste que aquí había ladrones, rateros y sinvergüenzas. Viejas y nuevas aves de rapiña, que lo mismo se apropian de tus proyectos, esbozos, historias, libros y revistas, que fotocopian tu biblioteca. Por encima de todas las historias que los mismos cacos te han contado, sobresale la de una beca a la que convocó la Sala de Arte Público Siqueiros, a través de la fundación que preside Angélica Arenal, la viuda del muralista. La historia te la contó el pintor, ya fallecido, Juan Nava. Sucedió que éste se hizo acreedor a la beca, con duración de un año, y por alguna razón se demoró en trasladarse a la ciudad de México, donde se acreditaría como el becario seleccionado. Cuando llegó a la fundación, localizada en la colonia Polanco, al primero que ve es a otro pintor, radicado en este pubelo de ganzúas. "¿Qué haces aquí?", le pregunta Juan al otro. "Tengo una beca", le responde. Es cuando a JN le cae el veinte de que el otro se presentó como Juan (Alejandro) Nava: lo había suplantado para arrebatarle el subsidio económico por doce meses.
dos.
El domingo pasado me enteré que al fotógrafo Tomás Hernández Monreal le expropiaron su diseño con el que participó en el concurso del cartel para la XXVII semana cultural de este pueblo de tracaleros. Sucedió que un diseño que utilizó él mismo hace un tiempo para una edición sobre la Catedral, lo recreó para proyectar el afiche con el que aspiraba a un premio de 75 mil pesos que ofreció en convocatoria pública el Instituto de Cultura (IZC). THM, el fotógrafo, alega que la figura de un arcángel con clarín fue tomada de la fachada catedralicia con un andamio colocado a cierta altura y con una luz natural muy precisa; que sólo esa foto de su autoría pudo haberse utilizado en el refrito que premiaron haciendo a un lado la ética, la honestidad y la imparcialidad que se espera de un jurado seleccionado por el propio instituto convocante. En su respuesta a los medios, a propósito de la acusación de fusil, el director del IZC, Gustavo Salinas Íñiguez, sale con la peregrina explicación que la decisión del jurado es "inapelable" y que no puede revelar los nombres de los integrantes del mismo para "evitar una carnicería". Ambos argumentos además de inválidos son estúpidos pues en todas las convocatorias se especifica, al final, que "los casos no previstos en la presente serán resueltos por las autoridades convocantes". Y como en toda convocatoria, luego de conocido el fallo se divulgan los nombres de quienes integraron el mismo. Así nos hemos enterado que en el último premio de la FIL-Guadalajara, el escritor Jorge Volpi encabezó la decisión que falló a favor del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique; igual con el Premio Aguascalientes de Poesía, el iberoamericano Ramón López Velarde y la bienal de pintura Pedro Coronel.
tres.
Ahora bien, si como dice el Asnoldo del IZC -hay otro en el Ayuntamiento- que la figura del arcángel con clarín o caramillo es una "figura pública", ¿por qué no se utilizó en la pasada Feria (Fenaza) 2012, en el pasado Festival Cultural o en la última Feria del Libro, que estuvo tan desorganizada y tan deslucida y tan fracasada?¿ Por qué, cuando hay una partida económica de por medio, se registra un asalto en despoblado? De antemano sabemos que la ganadora sólo fue utilizada de muppet para que alguien se quede con esa lana. Otro de los miles de amantes de lo ajeno que pululan en este pueblo donde, a diferencia del guión de Gabriel García Márquez y Emilio Carballido, "sí hay ladrones".
cuatro.
Para allanarle un poco el camino al lector y al reportero de investigación, sólo diremos que al reunirse el jurado que seleccionaría la obra ganadora del diseño del cartel de este FC de pueblo, el premio se declaró desierto pues a criterio de los tres, ninguna propuesta reunió los requisitos de calidad. El pintor Javier Cortés de retiró luego de acordado el fallo. Pero alguien tuvo la "peregrina" idea de "urdir" un diseño que conjuntase los rasgos más sobresalientes de las propuestas descartadas para, así, apropiarse a ojos vistas de la opinión pública, de la "jugosa" -así le llamó el fotógrafo denunciante del fraude-, cantidad de 75 mil pesos; y de la noche a la mañana apareció el diseño "ganador", con un elemento apropiado de Tomás Hernández Monreal: el arcángel con clarín. Ni tardos ni perezosos, firmaron el acta la diseñadora de la Universidad Autónoma de Durango (UAD), Berenice Galván y el fotógrafo Miguel Ángel Díaz; y llamaron a Cortés para que avalase la decisión porque era un atentado declarar desierto el premio en efectivo. Y JC estuvo de acuerdo; y firmó y respaldó el fraude consumado. Al fin y al cabo Rius, el monero, escribió la historieta Los agachados. Después alguien propuso "encontrar" un ganador, que ya vimos en la prensa de Zacatecas quien fue; y vimos un cheque de juguete que sostienen ella y el Asnoldo del Instituto de Cultura (IZC).
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