viernes, 29 de abril de 2011

EL PAÍS PODRIDO

Es un buen hombre. Un hombre de bien. Lo conocí el miércoles en la noche, charlamos un par de minutos. Ayer conversamos por más de una hora. Nos reconocimos dylanianos y nos dedicamos una canción. Yo puse “I shall be released”. Él, el poeta Javier Sicilia, “Blowin’ in the wind”.

Lo decía Dylan hace casi medio siglo, Javier: ¿cuántas muertes hacen falta para que entiendan que mucha gente ha muerto? El poeta mueve la cabeza dulcemente y traza sus ideas para darle vuelta al México podrido, muerto de miedo.
—En buena medida, el “espíritu Sicilia” frenó la Ley de Seguridad Nacional —le digo.
—Fue una gran acción ciudadana, un ejemplo de lo que se puede hacer frente a una Cámara que no sirve a la ciudadanía, sino a los intereses de partido. Fuimos a reclamarles el derecho de servirnos a nosotros, los ciudadanos. Fue un momento ejemplar. Era una Ley de Seguridad Nacional demasiado violenta.
—Es el Ejército o la policía municipal de Reynosa, esa es la realidad hoy.
—Pues tenemos que pensarle con mucha claridad.
—Es el Ejército o la policía estatal de Durango.
—Lo sé. Pero, de todas formas, con el Ejército fuera o con el Ejército dentro, no hay seguridad. Mataron a mi hijo, con retenes. Y siguen matando.

***
Tres horas después del encuentro con Javier Sicilia, la redacción de MILENIO me informa que tenemos nota. Dos días antes de que termine, abril de 2011 es ya el mes con más ejecuciones en el sexenio de la guerra: mil 348, a las ocho de la noche del jueves 28.

• 1,348 (abril 2011)
• 1,322 (agosto, 2010)
• 1,324 (julio, 2010)

¿Cuántas muertes hacen falta para que entiendan que mucha gente ha muerto?

***
Carta manifiesto a favor de Javier Sicilia

Sr. Lic. Felipe Calderón Hinojosa

Presente

Los abajo firmantes, poetas, escritores, músicos, artistas, periodistas y catedráticos de diversos rincones de este mundo, condenamos enérgicamente el asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta mexicano Javier Sicilia, y de sus seis acompañantes, ocurrido el 28 de marzo del presente año en la ciudad de Cuarnavaca, Morelos.

Nos dirigimos a usted para solicitarle respetuosamente que los asesinos sean hallados y castigados con todo el peso de la ley.

Asimismo, nos permitimos manifestar nuestra profunda preocupación por los hechos dolorosos que presencia el mundo y no coinciden con la dignidad de México, del pueblo mexicano y de su gloriosa tradición. Acompañamos a los familiares de los más de 35 mil seres humanos que han perdido la vida en razón de situaciones notorias y, como todos ellos, esperamos que se hará justicia y que el manto de la impunidad no abrigará a los asesinos.

(nota de Ciro Gómez Leyva tomada del diario Milenio; y manifiesto reproducido del diario La Jornada, entre los firmantes de distintos países se halla la premio Nóbel bávara, Elfriede Jelinek.)

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