Verano
Antes que el cielo se abatiera en témpanos de agua
esperé tu respuesta como quien desea
aparezca el sol después de la tormenta
de verano.
Esperé, esperé y esperé mientras
las calles se anegaban y el asfalto
se volvía cientos de arroyos
que nunca fueron a la mar.
Es cierto: luego dormí como bebé fuera
de cuna, sin babero, sin teta,
sin leche recién hervida,
sin sonaja al alcance.
Luego desperté y el temporal ya no era,
era la serenidad del que vuelve
del cementerio con sandalias agotadas,
con los focos apagados.
Era un viernes de julio sin vacaciones
en puerta, sin murciélagos para cerrar
la noche, con lápices de punta negra,
y una hoja blanca que aún latía.
(Inédito)
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