Autopista
Empieza a anochecer, y en el coche la voz
grabada de Neruda recita sus poemas.
Entre roncos camiones nuestros faros
se adentran en la lluvia. Parece que buscaran
a una niña olvidada en una tumba
y el poema que él nunca le escribió.
Ególatra y patético, mi héroe
¿llegó a sentir alguna madrugada
que amar no es escribir cantos de amor?
Pobre Neruda, pobre gran poeta
llorando bajo tierra por la niña
que le esperó en un viejo cementerio
en los campos violeta y amarillos de Holanda.
Los poemas la ocultan como a un pájaro muerto
que el viento va cubriendo de hojarasca.
("javier das")
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