Será que no supiste
¿Te acuerdas, cuando tenía miedo de hablarte?
¿Cuando vi tu sombra gigante y supe
que en ti también me encontraría?
Mirabas las manos sordas
de las hojas que aplauden con el viento.
Mirabas los límites fortuitos del verde-cielo
y ahí estaba yo, o ¿acaso no lo sabías?
Te acuerdas que no supe hablarte,
y que me fui a mi casa pensando en ti hasta la noche
donde soñé que eras más mía que del mar donde morimos.
Soñé que me querías
y que yo también te quería.
Pero a mí el pecho me sangraba por quererte,
a mí se me aplastaron los pulmones
bajo el agua de tu nombre,
y se me desgarró la voz por repetirlo.
¿Te acuerdas cuánto miedo tuve de besarte?
de tomar tu mano por el mundo de la muerte y el olvido.
Miedo de cruzar la calle
y que la calle misma me escupiera.
Miedo de acercarme a ti y alejarme de la vida.
Eras el augurio de lo inevitable, niña-triste,
pero tú no lo sabías.
Visión del cielo
Cuando era niña creía
que el cielo tenia la textura
de un algodón de azúcar.
Después supe que no era cierto,
que en el cielo hay
varias capas de gases
y que al tacto todo eso
es ausencia.
Pero eso hoy no me importa,
yo tengo la certeza de que el cielo
tiene la textura de una lengua,
una lengua rosada y húmeda
("círculo de poesía")
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