Orden del día
No desatiendas nunca ni la tierra ni el cielo.
Cuida de tus principios, educa tus finales.
En un cuaderno limpio mantén al día siempre
tus sentimientos. Llora, para limpiar la atmósfera
de malas emociones. Y si algún día tiemblas
sin remedio, convéncete de que tú sólo vibras.
("las afinidades electivas")
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