miércoles, 13 de mayo de 2015

Charles Simic (1938 )

El caballo

Me desperté en medio de la noche y encontré

a un caballo muy quieto sobre mi cama.

Amigo mío, qué alegría verte, le dije,

está nevando y debías sentir frío

y soledad en tu establo allá abajo

junto al granjero y su esposa, ambos muertos.

Déjame que te arrope y compruebe

si hay algún terrón de azúcar en la cocina,

como el que vi una vez a un hombre con chistera

darle a una yegua en un circo. Aunque temo

que te hayas ido cuando vuelva; de modo que mejor

será quedarme en tu compañía en esta oscuridad.


("el hombre aproximativo", s/c al traductor-a)

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