Vals fúnebre para Hermengarda
Heme aquí junto a tu sepultura, Hermengarda,
para llorar tu carne pobre y pura que ninguno de nosotros vio podrirse.
Otros vendrían lúcidos y de luto,
sin embargo, yo vengo borracho, Hermengarda, yo vengo borracho.
Y si mañana encontraran la cruz de tu tumba tirada en el suelo
no fue la noche, Hermengarda, ni fue el viento.
Fui yo.
Quise apoyar mi borrachera en tu cruz
y rodé por el suelo donde reposas
cubierta de margaritas, triste todavía.
Heme junto a tu tumba, Hermengarda,
para llorar nuestro amor de siempre.
No es la noche, Hermengarda, ni es el viento.
Soy yo.
(fuente: "Las imaginaciones/El soldado raso", Fondo Editorial Fundarte, Alcaldía de Caracas, traducción de José Carlos de Nóbrega.)
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