Paisaje epílogo
Así lo cuentan:
en las antiguas casas holandesas
se cubrían con crespones
de seda de luto
los cuadros donde aparecían representados
paisajes,
para que el alma del muerto,
dispuesta a abandonar el cuerpo,
no se distrajera en su ultimo viaje
añorando todo lo que iba a dejar atrás.
Me pregunto de qué modo
habría que amputar la memoria
o esos ojos que silenciosos
han mirado desde siempre
para adentro,
vueltos, como calcetines,
hacia la inmensa geografía
del alma,
para no retenerla.
Qué sedas serían necesarias,
pienso,
qué kilométrica cantidad de tela,
qué paciencia
cuando todos tienen prisa.
Cómo borrar lo que se imprime
cuando cerramos los ojos,
después de haber mirado.
(fuente: "rima interna", El Cultural)
No hay comentarios:
Publicar un comentario