Si los kioscos fueran
como los ambulatorios
yo tendría asignado
-por cercanía-
el de calle Ferrándiz.
Pero sucede
que he hecho migas
con el kiosquero
de más allá,
que, para más inri,
tiene pinta de cura.
Me regaló Londres el lunes
y me preguntó si querría París el martes.
Respondí
un sí quiero
de los que unen hasta la muerte.
(fuente: "emma gunst")
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