Testamento
Tiéndanme en la tierra
con los ojos abiertos,
que pueda ver las nubes
corriendo por el cielo.
Y que me dore el sol
y que me cubra el viento.
Dejd las alimañas
blanquear mi esqueleto.
Dejadme ver las nubes
que no alcancé despierto.
Dejadme cara al cielo
con los ojos abiertos.
Partid tranquilos:
mayores órbitas
me abrirán los brillantes cuervos.
No os preocupéis
veré más nubes y más cielo.
(fuente: rua das petras)
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