No viajes a Comala, Ulises,
allá sólo encontrarás cruces,
tumbas, polvo, olvido.
Es inútil que llegues coronado,
ni el perro del pueblo te recuerda,
no escucharás ni a las bestias
de corrales cerrados ni derrumbados.
No vuelvas sobre tus pasos
que perderás el norte,
los pocos acantilados que conservas.
Cancela planes sueños y travesías
cuando los dioses, los astros
y las vísceras te predicen el fracaso.
Yo sé lo que te digo, muchacho,
atiende la voz de quienes te aman:
aquello que perdiste no retorna.
Pero si vas y vuelves, entiende
que fuiste advertido, necio.
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